Foto: Nobel de la Paz
El Premio Nobel de la Paz 2024 fue otorgado este viernes a Nihon Hidankyo, una organización japonesa formada por supervivientes de las bombas atómicas de Hiroshima y Nagasaki. Este galardón se presenta en un momento crítico, cuando el temor al uso de armas nucleares resuena en el contexto de los conflictos globales actuales. Este grupo, conocido como “hibakusha”, han luchado incansablemente por visibilizar las terribles consecuencias humanitarias de estas armas, jugando un papel esencial en el establecimiento de un tabú internacional que busca prevenir su uso.
A raíz de la devastadora presión de las explosiones, el calor radiante y la radiación ionizante de las dos bombas atómicas, se estima que 140.000 personas en Hiroshima y 73.000 en Nagasaki perdieron la vida de manera inmediata o en los cinco meses posteriores a los bombardeos. De los que lograron sobrevivir, aproximadamente 270.000 se convirtieron en “hibakusha”, enfrentando no solo las graves secuelas físicas de la tragedia, sino también el estigma y el sufrimiento emocional que perduran hasta hoy.
Este galardón, considerado como uno de los más prestigiosos del mundo, ha reconocido a este grupo en un momento crítico, ya que la mayoría de los supervivientes de los atentados atómicos tienen 80 años o fallecen mensualmente. El reconocimiento, como un grito por la paz, llega en un contexto de creciente preocupación global ante las amenazas de Rusia de utilizar su arsenal nuclear en el marco de la guerra en Ucrania, así como por los programas nucleares de Irán y Corea del Norte.
«Los Hibakusha nos ayudan a describir lo inenarrable, a pensar lo impensable y a comprender de algún modo el incomprensible dolor y sufrimiento que causan las armas nucleares», declaró Jorgen Watne Frydnes, presidente del Comité Noruego del Nobel. Y es que, las complicaciones físicas enfrentadas por los que resistieron también dieron lugar a una serie de consecuencias sociales negativas. Muchos jóvenes hibakusha, que sufrieron de lesiones y enfermedades residuales, enfrentaron discriminación en el ámbito laboral y en el matrimonio. Las mujeres hibakusha, en particular, eran frecuentemente rechazadas como candidatas para el matrimonio, ya sea por las desfiguraciones estéticas causadas por las quemaduras o por sospechas sobre los efectos hereditarios de la radiación.
Con todo, el destino de los testigos de los horrores de Hiroshima y Nagasaki fue silenciado y desatendido durante un prolongado período. En 1956, las asociaciones locales de Hibakusha, junto con las víctimas de las pruebas nucleares en el Pacífico, fundaron la Confederación Japonesa de Organizaciones de Afectados por las Bombas A y H. Conocida como Nihon Hidankyo, esta entidad se convirtió en la más grande e influyente de su tipo en Japón, abogando por los derechos y el reconocimiento de los resilientes y trabajando activamente en la promoción de la paz y el desarme nuclear.
Fuente: Portal larzón.es